Mi persona,
taciturna en público y perspicaz en la intimidad,
es como esa barrera que impide el regocijo
a cambio de las más completa austeridad.
Solo entiende de sacrificios a última hora
y no a la de la verdad
con poquita cosa se conforma
que no es sinónimo de mediocridad.
Socialmente se desarrolla
con la verdad por bandera
al compás del Siglo XXI
quizás demasiado hortera.
Se contradice para aprender
se calla para no herir
pero le falta el amor,
¿rondará por ahí?