Siempre fui un nostálgico, y toda mi infancia pasa por el recuerdo de hechos puntuales en momentos gratos y no tan gratos en la vida. Ya es un año más, y el que viene otro más, y así de esta manera, el abanico de emociones y recuerdos no parará de crecer.
Mi pregunta es si algún resquicio del abanico cederá y parte de mi gran memoria fotográfica caerá en el olvido.
La madurez vino a mí hace un par de meses. Por fin sé lo que quiero hacer, por fin tengo ese aliciente de querer culturizarme más y más; por fin tengo el tiempo pa' mí, esa media horita diaria reflexionando sobre tal y cual resulta bastante útil.
Por eso, bienvenido sea el paso del tiempo mientras conserve mi mente en los veintiuno.
I'm a man on fire!
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